Vés al contingut

Brahim

BRAHIM. Barcelona, 2004.

A través del centro donde viví me presentaron Punt de Referència y me explicaron lo del referente. Entonces conocí a Sílvia.

Ella es ahora como una madre. Yo no puedo decir que no tengo familia aquí porque Punt de Referència y Sílvia son mi familia. Y Sílvia es como una madre… ¡pero una madre! Te mete caña, se enfada cuando hago algo mal… ¡ui! Cuando hay alguna cosa ella me dice lo que piensa, a veces tiene razón y entonces tu callas y tu cabeza piensa. ¡Si tiene razón, pues tiene razón! Cuesta pero esto te hace aprender… De verdad, con ella puedo hablar y le cuento cosas que con nadie lo hago. Yo confío mucho en ella y sé que ella confía en mí. Y no es solo la confianza, también el cariño. Esto es lo que se necesita. A veces te pasa una cosa, otro día te pasa otra, y otro día otra. Pero un día todas las cosas las tienes en tu cabeza….ay dios, entonces ¿¿¿¿que hago yo con toda mi cabeza llena???? A veces voy a la Marta y charlamos, a veces voy a casa de Sílvia. Así, ¡mi cabeza no explota!”